La pandemia por COVID-19 nos ha traído muchos cambios en diferentes aspectos de nuestra vida, por lo cual es importante que podamos reflexionar en los aspectos de estos cambios para poder adaptarnos a estos.
El 55%
de todos los adultos y el 74% de los jóvenes de 18 a 34 años informan haber experimentado problemas de salud mental desde el inicio de la pandemia, incluidos el estrés, la ansiedad, la depresión y la soledad / aislamiento (encuesta realizada por Parade / Cleveland Clinic).
El 23%
de la población ha experimentado síntomas de depresión.
Los cambios son parte de la vida, pero 2020 fue un año lleno de cambios radicales en muchas de las áreas importantes de nuestra vida. La salud cambió, los salarios cambiaron, el trabajo, el estudio, las relaciones sociales, entre muchas otras cosas, pero lo importante es tener las herramientas y desarrollar las habilidades para adaptarnos a estos cambios, pues las cosas seguirán cambiando de formas que no podemos imaginar y mucho menos prever, mantener la paz y armonía en todas las áreas de nuestra vida.
Aunque algunas cosas no han sido favorables, podemos ver las cosas por el lado positivo, tratando de sacar lo mejor de las situaciones negativas que pasan, lo que debemos hacer son pequeños cambios en nuestras conductas y actitudes para poder ver las cosas diferentes.
Desde inicios del 2020, el COVID-19 está entre nosotros, no esperábamos que fuera a durar tanto tiempo, y que se volviera algo permanente en nuestras vidas, después de pasado todo esto, en muchos casos nos hemos adaptado a la “nueva normalidad”, no siempre completamente, o algunas veces con traspiés o dificultades, pero seguimos aprendiendo a hacer las cosas diferentes, y a hacerlas mejores.
Desde los primeros meses de confinamiento se hablaba de una nueva normalidad, pero las cosas no volverán a ser “normales” simplemente debemos adaptarnos a los cambios que se han dado y seguir evolucionando, seguir hacia adelante y tratando de adaptarnos a los cambios que se han dado para crear nuestra nueva normalidad.
La vida para algunos dio un giro de 180 grados, muchas personas perdieron empleos, empresas quebraron, perdimos familiares y amigos, personas que amamos tuvieron que alejarse, niños, niñas y adolescentes desesperados de sus clases y de estar encerrados en casa, padres desesperados e impacientes por no saber qué hacer con ellos, adultos con más trabajo de lo que tenían antes, con horarios demasiados flexibles, haciéndolos trabajar a altas horas. Esto y muchas otras cosas negativas que podríamos mencionar, pero debemos saber que, aunque algunas cosas no han sido favorables, podemos ver las cosas por el lado positivo, tratando de sacar lo mejor de las situaciones negativas que pasan, lo que debemos hacer son pequeños cambios en nuestras conductas y actitudes para poder ver las cosas diferentes.
Las Crisis en medio del COVID
Los cambios no han sido fáciles, pues nos ha hecho salir de nuestra zona de confort, de lo que creemos normal y eso crea crisis, las crisis nos lleva a desconcertarnos y a no saber qué hacer. Desde el primer día de esta “crisis” COVID se han vivido muchos cambios, en cada país de forma diferente, La crisis, estrés y ansiedad son respuestas comunes en estos casos, esto entre otras repuestas. Lo que sucede es que estamos tan acostumbrados a vivir el día a día que la menor irregularidad genera esta reacción natural en nosotros.
Luego de meses de confinamiento, ya acostumbrados a estar en casa, en muchos países se cambiaron las reglas del juego y se abrió la puerta de nuevo, para vivir la “nueva normalidad”, con temor a contagiarnos, con las dificultades de transporte, continuando con las clases en línea y otros, creando otra nueva crisis o micro crisis.
En una conferencia hace algunos años, hablando de crisis en la adolescencia, alguien explicaba que la palabra crisis en japonés (kiki) está compuesta por los caracteres “peligro” y “oportunidad”, y es que en la crisis hay “peligro” pero también la oportunidad de crecer y mejorar está en medio de las dificultades que podamos estar viviendo. A pesar de que podamos percibirlo como un peligro, para los japoneses la crisis significa que hay nuevas oportunidades para aprender y crecer.
Esto me hace pensar en ¿Qué hemos aprendido de estas cosas que han pasado a partir del COVID-19? ¿hemos logrado ver las oportunidades que esto nos ha traído? Sé que es difícil porque muchas cosas nos habrán causado dolor y dificultad, pero la vida nos da la oportunidad de crecer y seguir adelante en nuestras vidas, lo que tal vez necesitamos es cambiar nuestra perspectiva en general, poder ser creativos, pensar diferente para desarrollarnos y avanzar en estas oportunidades de crecimiento
Como cambiar nuestras relaciones sociales
De los cambios más radicales y que más nos han tocado vivir ha sido el cambio en nuestras relaciones sociales, en donde el contacto y la cercanía se han puesto de lado de la forma tradicional. Para cuidarnos tenemos que alejarnos y separarnos de quienes amamos. El contacto físico y las manifestaciones de cariño son muchas de las cosas que se nos han hecho difíciles de sobrellevar, estábamos tan acostumbrados a los abrazos, besos y caricias de los que amamos, personas que, aunque no vivían en nuestro propio hogar les amamos y mostrábamos este cariño a través del contacto y la conexión. Ya no podíamos verlos en persona, ni visitarlos, ni estar cerca. Fue doloroso y frustrante, pues tuvimos que reinventar lo más básico de nuestras vidas.
Los contactos se tuvieron que volver digitales, dejando a un lado las grandes celebraciones y los festejos, dejar de visitar las casas de otros por temor a contagiarse o contagiar. Cambiar la forma de vivir las relaciones sociales y tener que hacerlas a través de una mascarilla no fue nada fácil. Se convirtió en un reto y en una oportunidad de reinventarnos.
Por ejemplo, reuniones virtuales en donde abramos nuestro corazón y expresemos lo que realmente sentimos, hablando desde el alma, que nuestras expresiones verbales lideren nuestras manifestaciones de cariño.
Hay que decir que amamos a los que amamos y aprovechar el tiempo con ellos para que se fortalezcan las relaciones que tenemos con los demás. Muchos amigos se reunieron más en tiempo de confinamiento que antes de la pandemia, aprovechando las videollamadas grupales de algunas plataformas, siendo de ayuda para la cordura de muchos.
La falta de relaciones sociales llevó a muchas personas a deprimirse y por esto es importante que en la medida de lo posible estemos para las personas, que tomemos el tiempo para compartir este cariño con las personas de forma segura y acatando las nuevas normas sociales para, estar a salvo de contagios y a la vez relacionarnos tener el contacto que como seres humanos necesitamos.
Estar disponible para otros en sus necesidades afectivas es importante, así como buscar ayuda para las nuestras, el hablar te conectará con otras personas y aliviará el estrés y la ansiedad que pueda producir estos cambios que se están dando en nuestro entorno a cada momento. Recuerda que no tienes por qué vivir estos cambios tu solo, puedes apoyarte de la tecnología para reconectarte con los amigos y familiares que te quieren.
Tecnología como parte del todo
La tecnología ya se venía posicionando como parte importante de nuestras vidas, pero con la pandemia, la tecnología se volvió parte indispensable de nuestra vida. Haciendo todo a través de una pantalla; la diversión, la comunicación, los pagos, las compras, incluso la medicina, entre otras muchas cosas que se han vuelto tecnológicas y se han virtualizado.
Estas tecnologías ponen a disposición de las empresas y organizaciones todo un conjunto de herramientas que permiten organizar el trabajo y compartirlo sin depender de los lugares físicos de trabajo, por ejemplo los servicios de computación desde la nube, así como realizar videoconferencias o acceder en remoto a las mismas funcionalidades disponibles desde nuestro puesto de trabajo.
La tecnología ha facilitado en muchos sentidos el que salgamos, nos protejamos y que nuestra vida sea más fácil, nos ha facilitado la vida y las interacciones, pero también ha sobre estimulado nuestras vidas y cada vez nos ha alejado de las actividades físicas, las maratones de series nos han quitado la posibilidad de hacer verdaderas maratones, en donde nos ejercitemos y mejoremos en nuestra salud física, dejando pasar la posibilidad ser más saludable. El ejercicio físico mejora nuestra salud, fortalece el sistema inmunológico y nos hace felices, así como una alimentación saludable, esto es preventivo de la salud y nos hará sentir mejor de manera inmediata.
También debemos de cuidarnos y cuidar nuestros datos e información pues han aumentado las actividades fraudulentas en línea, robos de identidad y de tarjetas de crédito que ahora son un peligro más latente. Para protegernos debemos de cuidar las paginas en las que accedamos y en las que ingresamos nuestra información personal.
Los niños también están pasando mucho tiempo en pantalla, recibiendo clases en línea, viendo películas o series y jugando video juegos, todo está a través de una pantalla, esto limita las relaciones sociales y el contacto con otros niños. El uso excesivo de pantallas moldea sus vidas y caracteres haciéndolos menos pacientes y más irritables y con mayores problemas de atención y rasgos de hiperactividad. Todo esto limita sus habilidades de interrelación y de conocimiento emocional, restándoles habilidades de manejo emocional.
Es importante limitar el tiempo que los niños y adolescentes pasan conectados a esta nueva tecnología, ya que se han visto afectados con la falta de actividad física, la mitad de la vida de los niños es el juego. El confinamiento los retrasó en muchas áreas de desarrollo que debemos cuidar e impulsar. Nuestra paciencia debe de estar dispuesta para ellos, en este tiempo ellos tampoco la están pasando bien. He escuchado muchos niños y padres que se quejan de las clases virtuales y de lo difícil que es, niños frustrados, padres molestos, debemos buscar que estos sean momentos cordiales para todos.
Debemos reconocer que hay gente a nuestro alrededor que nos ama y nos quiere apoyar para transformar nuestra realidad, mejorar nuestro estado de ánimo e impulsarnos a buscar lo bueno en cada situación, principalmente de las cosas que nos molestan y nos inquietan.
Un cambio de actitud
La actitud lo cambia todo, mejora las cosas por muy oscuras que se sientan. Podemos ver una luz de esperanza en nuestras vidas cuando cambiamos la actitud y tratamos de buscar más que un “¿por qué?, pensar en un “¿para qué?”, llevándonos a tratar de aprender de estas situaciones difíciles.
Cuando logramos ver a través de las nubes del dolor y dificultad, cuando no perdemos la esperanza; la vida se ilumina y podemos vivir de una mejor manera, tratando de adaptarnos mejor a los cambios que necesitemos hacer. Debemos reconocer que hay gente a nuestro alrededor que nos ama y nos quiere apoyar para transformar nuestra realidad, mejorar nuestro estado de ánimo e impulsarnos a buscar lo bueno en cada situación, principalmente de las cosas que nos molestan y nos inquietan.
Sé que a muchos les gusta estar informados, pero a veces llenarnos de tantas noticias negativas no nos ayudará a ver las cosas con optimismo, está bien informarnos y saber de las cosas que pasan, pero podríamos buscar opciones más imparciales, objetivas y que no nos desborden, corroborar las fuentes con paginas oficiales serviría mucho.
Agregándole humor, creatividad diversión y ¿por qué no?, música a las cosas que se nos están haciendo difíciles, por ejemplo, el revisar tareas de nuestros hijos o esa parte del trabajo que no está quedando, o bien hacer esa revisión como un juego en la que nos la pasemos bien y podamos sacarle todo lo bueno.
Si tienes una tradición familiar que ahora por el distanciamiento y las normas sociales no puedes hacer, piensa en cómo puede hacerse de manera diferente y creativa, el punto es que puedas conectarte con las personas que amas. ¡vamos! solo tienes que ir más allá de lo convencional y ser diferente. Dios nos ha dado una mente creativa, siendo Él el dueño de la creatividad, basta ver su creación para darnos cuenta de creativo que es Él.
Genera nuevos pasatiempos y actividades, aprovecha tu tiempo libre. Pinta, dibuja, aprende a tocar un instrumento, haz jardinería, retoma un libro o realiza cualquier actividad que pueda ser benéfica para tu salud física y emocional, pero sobre todo, que te impulse a sentirte bien y lleno de vida.
Los cambios son parte del día a día de nuestra vida, en especial ahora que debemos adaptarnos a la nueva normalidad y regresar a vivir con estas nuevas normas. Es importante que sepas que Dios está contigo y que lo que está ocurriendo a tu alrededor es pasajero. No hay algo más grande que su amor y su misericordia, Él no te deja, ni te dejará, todo puede pasar, pero Dios es para siempre.
“No tengas miedo, que yo estoy contigo; no te desanimes, que yo soy tu Dios. Yo soy quien te da fuerzas, y siempre te ayudaré; siempre te sostendré con mi justiciera mano derecha.”.